El origen del miedo a las arañas puede proceder de
un gran número y variedad de circunstancias. Una situación muy común es la de personas
que, durante la infancia, tuvieron algún tipo de problema con alguna araña, como puede
serlo una picadura, una mordida o cualquier vivencia en la que estuvieran presentes estos
arácnidos que pudiera resultarles desagradable.
Todas estas experiencias que pudieran resultar traumáticas pueden ser el detonante
para que, a partir de entonces, se produzca un miedo o pánico al encontrarse con arañas,
aunque estas no signifiquen ningún peligro importante y casi no muestren atención en los
seres humanos si estos se encuentran cerca.
De hecho, solamente un muy reducido porcentaje de arañas son venenosas en todo el
mundo, lo cual quiere decir que las que se ven normalmente en las casas o en determinados
lugares visitados frecuentemente en la vida cotidiana no son peligrosas ni venenosas y no
van a atacar a ninguna persona porque, probablemente, no tienen esa capacidad.
Además, lo más normal es que las arañas se alejen de los seres humanos si ven que
ellos se acercan para molestarlas, para cogerlas o para manipularlas de alguna manera, lo
cual no va a ser el caso de un ser que padezca aracnofobia, ya que este tenderá a
alejarse del animal, aunque quizá sienta deseos de matarlo para así deshacerse
completamente de él, pero para ello no se acercará, sino que buscará una forma de
hacerlo sin necesidad de acercarse demasiado al insecto.
No es habitual que una araña común ataque a seres vivos que no pueden ser sus presas,
lo que quiere decir que no hará daño a un ser humano, además de por esto, porque no
tiene la capacidad de hacerlo y la persona podría causarle más daño del que el insecto
puede hacer, pero el aracnofóbico no lo entiende de esta manera, sino que piensa que
cualquier araña puede atacarlo en cualquier momento, por ello, es habitual que eviten los
lugares en los que se encuentran dichos animales.
Teniendo todo esto en cuenta, es también importante destacar que es más probable que
otros insectos, como avispas o abejas, piquen a personas y les hagan algún daño, el cual
que incrementa si dicha persona es alérgica.
Por otra parte, los humanos, aunque sea simplemente por instinto, sin padecer ninguna
fobia a las arañas, pueden asustarse, sentir cierto miedo o tender a alejarse de ellas
sin ni siquiera saber la razón por la que lo hacen.
Para que esto ocurra, ha sido y sigue siendo muy relevante la visión que tiene la
sociedad sobre estos animales. Y es que la gente piensa en las arañas como animales
venenosos y extremadamente peligrosos e incluso malvados, por ello es muy normal
encontrarse con que así son representadas en cuentos para niños, en libros o en
películas, algunas de ellas del género del terror.
Esto puede ser también una causa de la aparición de la aracnofobia, pues si alguien,
cuando es pequeño, lee un cuento en el que una araña es la mala, empieza a pensar en
este animal como esa visión que el cuento le ha dado, lo cual ocurre igualmente si ve una
película o lee una novela en la que ocurre lo mismo, aunque no necesariamente hace falta
tener una corta edad para que aparezca el miedo a las arañas. |